“Hacen falta tres meses para aprender a hacer una operación, 3 años para saber cuándo hacerla y 30 años para saber cuándo no hacerla”

Henry Marsh

La búsqueda de la excelencia en cirugía plástica, conlleva un elevado número de premisas obligatorias, que sólo tras muchos años de práctica, pueden ser combinadas para llevarlas a cabo de forma conjunta. Tras más de 30 años de experiencia en hospitales públicos y privados de forma simultánea, hemos podido fomentar el conocimiento para desarrollar todas las técnicas y todos los procedimientos quirúrgicos, que nos permitan alcanzar esta utópica excelencia.
Pero en el campo de cirugía plástica, existen diferencias notables con el resto de cirugías, al ser aplicadas a nuestros pacientes/clientes, término que nunca he sido capaz de definir. Las expectativas reales del resultado que puede obtenerse en cada procedimiento de forma individualizada, el poder maximizar los beneficios que una cirugía puede conllevar tanto física como psíquicamente, la posibilidad de elegir la técnica más adecuada para cada persona, son esas condiciones que nos van a permitir acercarnos, y sin duda alcanzar, el resultado deseado.
En algún momento de la relación que se establece con las personas que se someten a un procedimiento de cirugía plástica o estética, existe una consideración tal vez puntual de paciente, que hace que la confianza, la cercanía, el contacto directo y asegurado con quien te ha realizado la cirugía de tus sueños, el continuo acompañamiento en todas las fases, sin fecha de caducidad asociada, sean el pilar de un buen resultado asegurado.
Ningún cirujano puede ofrecer un 100% de buenos resultados, una garantía de los mismos (ni siquiera legalmente está asegurado), pero si es posible transmitir, que sólo el resultado deseado será el momento de plantear la finalización del trabajo.
La imagen es nuestra primera carta de presentación, y la aceptación de la misma una baza para fomentar autoestima y seguridad. Entender el problema, adecuar las posibles soluciones, y equilibrar ambos con las expectativas reales del paciente, es la base de nuestro trabajo. Para nosotros es tan importante, qué tipo de problema presenta la persona que nos lo plantea, como el tipo de paciente que presenta el problema. Hay algo más hábil y real que cualquier bisturí, y es la propia naturaleza. Sólo conseguir resultados estables, que no sufran cambios en la evolución que conlleva el paso de los años, podrá garantizar a ambos (médico y paciente), un resultado satisfactorio.
Con ese objetivo, planteamos en nuestra Unidad de Cirugía Plástica, ese tratamiento personalizado, continuo, y eficaz, que nos conduzca al éxito.

Dr. Carlos Laredo